La problemática surgida en Honduras en las últimas semanas, a raíz de la destitución, para unos y expulsión del país para otros del Presidente Constitucional Manuel Zelaya, elegido en 2006 y cuyo mandato está (estaba) próximo a expirar no hace sino avivar el grave y acuciante problema de radicalización izquierdista que América latina está viviendo en la actualidad.Y es que el sur del continente americano ha sido, desde siempre, terreno abonado para los cambios políticos sucedidos casi habitualmente de manera traumática y en la mayoría de los casos, a golpe de pronunciamiento, golpe militar y derrocamiento del Gobierno más o menos legítimo, con el consiguiente y habitual, sufrimiento de la población y empobrecimiento general del país.













